Transitar por cuarenta años de una producción arquitectónica en la que el lugar, la cultura y los rigores del oficio se develan en cada una de las obras que aquí se muestran, es el propósito de esta exposición.
Crear una arquitectura que se nutre de lo local y se proyecta globalmente con autenticidad y con sus propios valores, constituye el legado de esta producción que confirma el “saber ser, hacer y celebrar” de esta arquitectura con identidad, oficio y rito.
Arquitectura como “tercera piel”, que nos protege y nos comunica a la vez, al igual que nuestra vestimenta (“segunda piel”) y nuestra propia piel (primera piel), nos habla de una arquitectura viva, que incorpora objetos culturales que se producen socialmente y tienen su propia complejidad histórica.
Arquitectura diseñada y construida “para los seres humanos y para los dioses”, a veces un poco más para los humanos, a veces un poco más para los dioses; anclada en el origen (por eso original) y proyectada al futuro (por eso contemporánea) son, sin duda, los no límites creativos de las obras aquí expuestas.
Se trata de una selección de once proyectos, de diversas tipologías y escalas, cada uno con su propia complejidad, que han sido estudiados y reproducidos por los estudiantes de arquitectura de la UTI, valiéndose de maquetas, planos, textos e imágenes, lo cual nos permiten incursionar y recorrer cada uno ellos para encontrar ese hilo común a todos ellos: arquitectura con identidad.
Handel Guayasamin, Arq.